Era quizás uno de los partidos más importantes del año porque la UC debía demostrar que pese a quedar eliminada de Copa Libertadores, es un equipo que tiene pasta para rendir un poco más a nivel internacional.
Y así fue.
Al frente estaba Sol de América. Equipo aguerrido que echó mano más a la garra guaraní que a la técnica futbolística, y que supo complicar en más de una ocasión al equipo de Ariel Holan.
Tanto así, que después de un primer tiempo en donde la Católica debió anotar en al menos dos oportunidades, el conjunto paraguayo se las ingenió para dejar a la franja con un jugador menos tras expulsión de Valber Huerta y posterior gol a través de los 12 pasos.
Con el panorama desdibujado y la desesperación de muchos hinchas que veían como el equipo de sus amores complicaba sus aspiraciones continentales, apareció desde la banca uno de esos jugadores que Cruzados debería ofrecerle contrato vitalicio: Diego Buonanotte.
El ‘enano’ entró con la obligación de controlar los tiempos y el balón, y además crear opciones en ofensiva. Con la ayuda de Ignacio Saavedra, quien nuevamente manejó el mediocampo a su antojo, Buonanotte se sintió con la libertad para transitar desde ¾ de cancha de lado a lado y provocar el desequilibrio guaraní.
Así, a los 64´, y tras un tiro libre perfecto y para enmarcarlo, Buonanotte anotó la igualdad transitoria. Un poema perfecto basado en una técnica exquisita que pocos la tienen y que muchos la disfrutan.
Tras el gol, Católica se volcó en arco contrario con idas y vueltas de José Pedro Fuenzalida, Edson Puch y mientras que Zampedri deambuló por todo el área en búsqueda de una pelota que le permitiera, una vez más, ser el héroe de la noche y anotar un punto más para que Juan Tagle y compañía se decidan a comprar su pase.
Y el gol llegó a los 81 minutos tras un remate del ‘chapa’ que manoteó el portero Escobar dejándosela servida a Zampedri. 2-1 final, y una clasificación a octavos de final de Copa Sudamericana.
El próximo rival será River Plate de Uruguay en horarios por definir.