El equipo de Ivo Basay sumó su segunda victoria en el Campeonato.
Era un partido difícil por varios factores. El primero de ellos es que el equipo tuvo solo tres días para recuperarse del partido ante Guaraní por Copa Libertadores, por lo que el cansancio era evidente.
Segundo, el profe Basay tenía claro que no alinearía a los jugadores que venían jugando de titulares para darles descanso.
Tercero, el horario del partido iba a afectar -y lo hizo- la asistencia del público tanto local como visitante. Jugar en el Estadio Municipal de La Pintana un domingo a las 20 horas y en un sector donde no abunda la locomoción, era complejo para cualquier hincha.
Cuarto, la ausencia de Luis Jiménez se haría notar. Por suerte lo extrañamos, pero no tanto.
Bueno. Con esos factores Palestino saltó a la cancha para dar frente ante un rival que venía invicto en el Campeonato y que además venía realizando excelentes presentaciones.
Pero nada importó. Los tetracolores sabían de la necesidad de quedarse con los tres puntos y bajo esa consigna cada pupilo del “Hueso” tenía claro que luchar cada pelota era una necesidad imperiosa.
Comentar sobre el partido ya no tiene mucho sentido porque todos sabemos lo que pasó, sin embargo, quiero resaltar una cosa. Las ganas de todos los jugadores por sacar un partido complejo en un momento en que el Tino necesitaba sí o sí ganar. Me quedo con eso. Me quedo con el empuje de Jorge Araya, con la persistencia de Renato Tarifeño, con la inteligencia del arquero Guerra, con el sorprendente Lucas Acevedo -de quien no me extrañaría que recalara la próxima temporada en uno de los equipos llamados grandes, y por sobre todo, con la paciencia y esfuerzo de un equipo que jugó a ganador desde el primer minuto.
Pensando en Guaraní
Ahora solo queda esperar el partido de vuelta por Fase 3 de Copa Libertadores contra Guaraní el jueves 27 a las 17:30 y clasificar a la fase de grupos donde Palestino merece estar.