Opinión: “Lo que se hace sufriendo no suele salir bien”

Retorno del fútbol chileno

Opinión de un hincha acerca de la nueva normalidad en el fútbol chileno

Alguna vez Carles Rexach, destacado exjugador y director técnico español, acuñó esta frase para explicar el porqué el Barcelona no encontraba un buen pasar futbolístico. Años después, de la mano de Cruyff y Rexach en la banca culé, el “Dream Team” de Barcelona deleitó al mundo por su juego colectivo y en 1992 conquistó su primera Copa de Europa. Para el holandés, “el fútbol debe ser un espectáculo”, algo que hace años no sucede en el fútbol chileno. Tanto a nivel de selección como de clubes. Es difícil hacer las cosas bien si no se mejora en lo esencial: disfrutar jugando al fútbol.

A poco más de una semana desde que volviera a rodar la pelota en las canchas nacionales, cuesta encontrar razones para ilusionarnos con el espectáculo. Sin hinchas en las tribunas, poco tiempo de trabajo desde el retorno a los entrenamientos y un bajo nivel futbolístico a nivel general. Seguramente haya más aristas. Lo único concreto es que, bajo este contexto, resulta difícil mirar hacia adelante con optimismo.

El Superclásico entre la U y Colo Colo acaparó la atención de la fecha. El mal juego mostrado por ambas escuadras sintetiza mucho el panorama del fútbol chileno en los últimos años. Pocas ocasiones de gol, desatenciones defensivas y más ímpetu que buen fútbol. Salvo una Universidad Católica que supo reponerse de su derrota ante Unión Española y se mostró sólida en el 4-1 ante Coquimbo Unido, en líneas generales cuesta ver un buen nivel futbolístico.

¿Responsabilidad de los entrenadores? Seguramente, pero no toda. Conflictos entre dirigentes, jugadores, Sifup, y hasta representantes de jugadores fueron la tónica durante estos cinco meses sin fútbol. Sin mencionar el escándalo de la abrupta salida de Sebastián Moreno del directorio de la ANFP y las recientes denuncias sobre supuestas irregularidades en la elección que dio por ganadora a la lista de Pablo Milad.

El llamado al optimismo parece una utopía, más en un país que vive en conflicto. Hace un par de años ya que el promedio de edad de la generación dorada pasó los 30 y cuesta encontrar muchos proyectos juveniles con chances reales de aportar a la selección de Reinaldo Rueda. Apoyar y valorizar a los pocos buenos jugadores que produce nuestro fútbol parece ser la única manera de aspirar a algo. No podemos presionar un botón que solucione estos problemas, pero sí podemos generar conciencia para no seguir cometiendo los mismos errores de siempre.

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