Ya es tradición: Diego Simeone volvió a encender el candente debate futbolero. En la conferencia posterior al partido del Atlético de Madrid del pasado fin de semana, que contó además con el debut de Luis Suárez en el equipo colchonero, el Cholo encendió el debate con una respuesta muy a su manera: “¿El mejor estilo? el que gane partidos. ¿Cómo? como sea, ganar”.
Es imposible hablar de la figura de Simeone sin mencionar su espíritu competitivo, tanto como jugador y ahora como entrenador. “La importancia del éxito radica en cómo le transmitimos el hambre competitiva a nuestros jugadores, ése es nuestro sello”, comentó alguna vez Germán Burgos, ex asistente técnico y mano derecha del Cholo en su periplo dirigiendo al club madrileño.
Pero centrémonos en la disyuntiva. ¿Qué es “ganar cómo sea”? Algunos lo asocian a planteamientos marcadamente defensivos. “Ratoneando”, como dijera alguna vez Sergio Markarián luego de una derrota de la Selección peruana ante Chile en Copa América mientras era dirigida por el ex DT de Universidad de Chile.
Otros lo entienden como una bandera ideológica desde lo futbolístico, más cercano a un estilo que a un planteamiento. Apelar a la garra y a la entrega de los jugadores sobre el terreno de juego. Ambas versiones son válidas en la interpretación.
¿El resultado es más importante que el cómo? Seguramente sí. Pero también es cierto que el marcador final es una consecuencia del cómo se hace. Todos los equipos juegan para ganar. Por ende, ganar no es una elección ni un estilo, es el objetivo. Así es como el debate se tergiversa desde el planteamiento. ¿Ganar o jugar bien? Si se plantea como una elección así de trivial, dame los dos.
Vitorear a los cuatro vientos que hay que ganar como sea es ignorar el camino. Pretender llegar a la meta antes de revisar el mapa. “Al Cholo le encanta provocar con el mensaje, pero él mismo sabe que ese no es su estilo, es su bandera”, contó ayer el destacado periodista argentino Marcelo Sottile en ESPN.
Seguramente el Cholo Simeone está más autorizado para dar ese mensaje. Tiene espalda y un trabajo sostenido de casi nueve años que lo respalda. Pero otros no. La amplia mayoría no.
En el fútbol de elite no existe el cómo sea como un método. Existe el trabajo, el talento y el criterio de los jugadores para tomar decisiones dentro de la cancha. Nacionalizando el debate, el fútbol chileno también está lejos de eso.