En una charla en vivo por el canal de Youtube del periodista argentino Diego Fucks, el exjugador y actual comentarista de la cadena Fox Sports, Diego Latorre, recordó el día de la batalla campal en la histórica semifinal de Copa Libertadores de 1991 entre Boca Juniors y Colo Colo. Además, ‘Gambeta’ declaró que estuvo cerca de jugar en Cobreloa a mediados de 2004.
Considerado por gran parte de la prensa como uno de los mejores comentaristas de fútbol en la actualidad, el exdelantero de Boca y Racing repasó parte de su carrera como futbolista. A la espera de lo que será el reinicio de los partidos de Libertadores, Latorre habló de la recordada ‘Batalla de Macul’ entre Albos y Xeneixes disputada en el estadio Monumental.
“Jugar la copa en esos tiempos era una guerra”, partió diciendo. Cabe recordar que el Cacique venía de perder por 1-0 en el partido de ida disputado en Buenos Aires, por lo que el cuadro argentino llegaba con ventaja al Monumental. “Llegamos al aeropuerto y percibimos una atmósfera difícil. Con Chile había una confrontación que iba más allá de los términos deportivos”, declaró.
Respecto al encuentro, Latorre afirmó que “no se podía jugar ese partido. Después nos enteramos que había 500 hinchas caracterizados y barras bravas dentro del campo de juego, fue un bochorno. Ya en el segundo tiempo se armó una batalla campal dentro del campo”.
Sin embargo, reconoció los méritos de los albos, que aquel día ganaron por 3-1 y se metieron en la final: “Fue una final anticipada. Colo Colo tenía un muy buen equipo y después le ganó bien la final a Olimpia”.
Consultado sobre qué tan cerca estuvo de jugar en el fútbol chileno, el actual panelista declaró que en su momento hubo un acercamiento para jugar en Cobreloa.
“Sí, empecé una negociación, pero no sé qué pasó. Era bravo (vivir en Calama), mis hijos estaban en edad escolar y es difícil sacarlos de su entorno. Después no arreglé, pero me hubiera gustado jugar en el fútbol chileno”.
Por último, Latorre reflexionó sobre los motivos por los cuales no se ha dedicado a ser entrenador. “No es sencillo salir de la zona de confort. Por ahí le tengo miedo a la inseguridad laboral o a la poca estabilidad. Además, me ha costado llegar a donde llegué. Las reglas del juego (ser director técnico) son salvajes. Los entrenadores son juzgados en 3 o 4 partidos y todo es muy complicado”.