La transformación que vivió Universidad Católica en las últimas 14 fechas luego de la salida de Gustavo Poyet tras una nefasta gestión, fué realmente impresionante.
De un plantel extraviado, sin ideas, identidad ni convicción a un equipo que por momentos mostró incluso más contundencia y mejor funcionamiento que en campeonatos pasados.
Esta verdadera epopeya tiene a un líder y ese es Cristian Paulucci, quien tiene el gran mérito de haber retomado el rumbo del equipo consiguiendo un rendimiento de 93% durante su gestión en la presente temporada.
Es muy importante entender y darle el mérito que corresponde, porque no sólo fué capaz de liberar a los jugadores de la presión que arrastraban, sino que mostró importantes dotes estratégicos, correcta lectura de partidos con los cambios correspondientes muchas vece acertados y el retorno de altos niveles individuales y colectivo al equipo, todo esto ejerciendo un alto componente motivacional, como los mismos jugadores señalaron.
Además, no necesitó de ningún periodo de adaptación. Hizo “lo que había que hacer”, que era más menos retomar el juego que había llevado a Católica a conseguir tantas cosas y lo hizo con gran carácter, inteligencia y éxito.
Para siempre rondarán preguntas alrededor de este tetracampeonato conseguido por el DT argentino tales como qué hubiese pasado si asumía antes, desde un principio por ejemplo, en vez de Poyet, o si es que el clásico que pierde ante Colo Colo le terminó siendo favorable a Universidad Católica dado los acontecimientos posteriores y si finalmente, es el DT adecuado que Universidad Católica necesita para seguir creciendo y proyectándose como institución.
De momento es tiempo de celebraciones y de oraciones, donde los cruzados deben rendir homenaje y veneración a quien lideró una verdadera resurrección Católica, San Cristian Paulucci.
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Créditos imagen: Agencia UNO