A raíz de la melodramática eliminación de Copa Libertadores/clasificación a Copa Sudamericana de Universidad Católica, y tan pronto se conoció su rival para el debut, es que se propagó esa arrogancia propia de un número no menor de hinchas del fútbol de mirar en menos al rival de turno, sea por desconocimiento del mismo como por falta de memoria histórica reciente.
Y es que a los clubes chilenos en torneos internacionales no les sobra nada, más bien les falta mucho para volver a estar peleando de igual a igual como hasta los 90s, y esto ante cualquier rival, de cualquier país.
Sin ir más lejos, en esta misma edición de Copa Libertadores, Universidad de Chile no logró clasificar al caer contra Inter de Porto Alegre sin siquiera haberles pateado al arco. Mientras que Colo-Colo terminó siendo eliminado al perder de local contra un equipo boliviano como Jorge Wilsterman.
Sol de América en tanto llega a esta edición del torneo tras terminar quinto en el torneo paraguayo anterior, bajo los grandes de Guaraní, Cerro Porteño, Libertad y Olimpia (3 veces ganador de la Copa Libertadores) y eliminar al brasileño Goiás en la ronda previa clasificatoria con sólidos triunfos tanto en Paraguay como en Brasil, ambos por 1-0. Es decir, sin recibir goles en contra.
Mientras tanto, Católica recibirá en San Carlos de Apoquindo al elenco guaraní con el objetivo de empezar a avanzar en este torneo, el cual debe ser un objetivo ganarlo, pero yendo partido a partido, llave por llave, como la estructura del torneo lo exige y sobre todo entendiendo de una vez por todas que, al pertenecer a la liga chilena, la UC como cualquier equipo chileno, está al debe.
Entonces, ¿es la Católica favorita? Claro que sí, pero muy levemente diría (55 vs 45%), al punto que no hay nada de nada garantizado.
Por ahora, al menos logró un resultado positivo de visita y define en casa, donde sabremos si esta Universidad Católica está para extender su horizonte sudamericano más allá del Sol y porqué no, brillar con luz propia en representación del fútbol chileno.