Al cabo de la primera rueda de la fase de grupos de la Copa Libertadores, Argentinos Juniors se posicionó, contra todo pronóstico, como el equipo más sólido del grupo F, con 3 triunfos en igual cantidad de partidos jugados.
Está casi demás señalar con el dedo a aquellos iluminados que abundan en el mundo del fútbol que anunciaban peyorativa e ignorantemente al cuadro argentino como el más débil del grupo. Repetiré por trigésima sexta vez: para un equipo chileno, a nivel internacional, cualquier rival es de sumo cuidado, CUALQUIERA. Es más, me atrevo a decir que salvo muy contadas excepciones, ese equipo chileno, sea el que sea, comenzará la competición siendo, a priori, el más débil del grupo del cual forme parte.
Esto aclarado, Argentinos Juniors llega a este encuentro como un equipo siempre humilde y esforzado pero que está funcionando, de la mano de Gabriel Milito como Director Técnico (40 años), como un verdadero reloj suizo; de los 3 partidos jugados, todos los ganó por 2-0, de los cuales 2 triunfos fueron como visitantes (UC y Atlético Nacional) y el restante en condición de local (vs Nacional de Uruguay). Es decir, con 0 goles en contra hasta el momento. A este impresionante registro súmenle si quieren un triunfo, también por 2-0 y también en calidad de visita, ante Estudiantes de La Plata por la última fecha disputada en el torneo local argentino.
El Club Deportivo Universidad Católica por su parte llega a este partido cargado de ilusión tras reponerse casi milagrosamente a un inicio de competición para el olvido tanto en resultados y sobre todo en la forma; un fútbol menos que tibio, sin identidad de juego y viéndose muy superado por sus rivales, que lo catapultaron, con sólo 2 fechas disputadas, como el conjunto más débil del grupo, el equipo a vencer tanto en condición de local como de visita. A esto sumarle la histórica derrota ante Deportes Melipilla por el campeonato chileno, en lo que significó, dicho sea de paso, en la victoria más importante del conjunto melipillano en su humilde historial.
Pero gracias a que el fútbol es el fútbol, Católica pudo imponerse ante Nacional de Uruguay en San Carlos de Apoquindo, recibir un galón de oxígeno y de cierta manera reivindicar ese triunfo con una goleada ante Unión La Calera por el torneo nacional, como para elevar aún más los espíritus cruzados y comenzar de una vez a despegar para alcanzar de una vez alturas insospechadas.
Lo de hoy ante el Bicho Colorado se presenta como una gran prueba de fuego, una verdadera cruzada al otro lado de la cordillera, donde la franja intentará un asalto a la bandera para reivindicar así sus convicciones, generar el respeto perdido y recuperar los puntos perdidos en casa.
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