Ya ultra consumada la eliminación de Chile de toda posibilidad de jugar el Mundial de Qatar, no queda más remedio, cuál consuelo barato, que agradecer y valorar lo que el grueso de esta generación fue capaz de entregarnos en los años aún recientes y definitivamente comenzar a dejar este buen recuerdo atrás y a la luz de los resultados obligarse a renovarse, esta vez lamentablemente en el fracaso.
Al final del día, el delicado momento que vive la Selección Nacional no es más que una extensión, proyección y reflejo fiel del momento que vive Chile como país, el cual alguna vez, y no mucho tiempo atrás gozó de relativa seguridad, progreso y estabilidad logrando diferenciarse social, política y futbolísticamente del resto de Sudamérica y que hoy vive, por un conjunto sistemático de malas decisiones, una marcada decadencia en lo moral, cultural y, casi por añadidura (o completamente por añadidura), futbolístico.
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Créditos imagen: Agencia UNO