Columna árabe: En el centenario del club, exigimos cambios

Si bien es cierto que no ha sido un comienzo de año como todos los hinchas esperamos, ver a Palestino disputando las fases previas de Copa Libertadores ya es un regalo. Un muy buen regalo.

Esto porque, como todos saben, las cosas en Palestino funcionan, pero no como quisiéramos. Administrativamente la SA funciona de forma correcta y hace lo que tiene que hacer: compra barato, consigue prestamos de jugadores y vende caro, cuando se puede. Las divisiones menores se mantienen en una línea horizontal -ni bien ni mal- desde hace años, pero hay cosas que no funcionan y que molestan.

Una de ellas es el Estadio Municipal La Cisterna. Sí, es municipal y está a concesión, no es nuestro y molesta. Y da rabia. Y si hacen el ejercicio de buscar imágenes del estadio de hace 20 o 30 años atrás, se darán cuenta que está igual.

En el centenario del club, un gesto mínimo de la SA era remodelar de una vez por todas todo el recinto. Se han hecho arreglos, maquillajes -mejor dicho-, y lo único tecnológico es el tablero marcador, que se agradece, pero no basta.

Lo cierto es que la dirigencia árabe no puede seguir esperando que los hinchas se sacrifiquen todos los fines de semana para ver al equipo si quienes manejan la institución ven los partidos a la sombra tomando agua con hielo y en butacas esponjosas y cómodas.

Los hinchas merecemos respeto y exigimos cambios, no maquillajes. ¿Qué pasó con la plata que Bank of Palestine ofreció (o donó) para hacer un estadio? ¿Se imagina algún dirigente lo que es ver un partido en galería a pleno verano con más de 40 grados? Sí, ¡40 grados! ¿Conocen la SA el funcionamiento de los baños? ¿Han ido al estadio en metro o micro?

Palestino merece mucho más que el Municipal de La Cisterna. No queremos una réplica del Nacional o una copia exacta del Santiago Bernabéu, solo queremos un recinto propio, acogedor, cercano e iluminado para sentirnos en casa, cómodos, y que ir a ver a Palestino no sea un sacrificio por el calor o por la distancia, si no que sea un placer.

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